Nos habíamos quedado hace dos posts sobre mi amor por los domingos, ¿verdad? Si nos seguimos en Instagram, sabrás que la semana pasada ha sido una de las más difíciles de mi vida. El cielo ha ganado una de las estrellas que alumbraban mi camino y lo cierto es que aun no lo sobrellevo con la entereza que debería.
Qué te voy a contar a ti sobre la muerte pensarás. Cierto, cada cual tenemos nuestro propio duelo interior. Lo que sí te puedo decir es que, por muy fuerte que intente hacerme, me está costando más de lo normal volver a mi rutina diaria. Fíjate, no quería ni siquiera hablar de ello en el blog pero me sale solo. Al fin y al cabo, para mi la escritura nace del corazón y muchas veces, consigo plasmar en letras lo que mis palabras no se atreven a pronunciar.
Este fatídico suceso me ha hecho pensar en lo meticulosa que me estoy volviendo a la hora de planearlo todo. Nunca fui una persona a la que le gustase especialmente aventurarse a fraguar proyectos a largo plazo, siento que cada vez que planeo algo, nunca sale como lo esperado. Siempre, mi fuerte ha sido sin lugar a dudas la espontaneidad. Y desde hace un tiempo, inconscientemente empiezo a dejarlo todo atado y bien atado. Posts programados, eventos en un plazo de a veces meses, sesiones de fotos... en definitiva, me he dado cuenta de que, en cierta manera, estoy llevando este hobby al ámbito profesional.
No es malo, al contrario, significa que todo esfuerzo comienza a dar frutos. Lo que realmente me da reparo es que al final empiece a perder la esencia del principio. Para mi, la escritura diaria, el compartir experiencias y poder, prácticamente, tener un trato de tú a tú son el corazón del blog. Al fin y al cabo, lo abrí con el fin de aprender y conocer personas afines a mi. De momento, corrígeme si me equivoco pero, creo que aun sigo siendo la misma chica que en 2013 se lanzó a este gran océano de Internet.
Siguiendo con nuestra charla sobre los domingos. Hace dos exactamente que el temporal acompañó y el atardecer invitaba a subirme a unos tacones y sacar mi vieja reflex. Al más puro estilo americano, me enfundé en un crop top fluido blanco y unos jeans Diva de Salsa. Un tiro super alto para dar protagonismo a mis pronunciadas curvas. Jugando, por supuesto, con los complementos, gracias a los maxi pendientes de flecos que me regaló mi compañera de trabajo. Así, cual estrella de la farándula de Hollywood, me pasee por mi preciosa ciudad. ¿Reconoces esta sensación? Es el encanto que llega a tener la seguridad en una misma.
Y tú ¿Qué me dices del outfit? ¿Te gustan los tiros super altos en los jeans? ¿Juegas con los complementos?
¡Sé muy muy feliz!
Raquel.
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