Cómo han cambiado las cosas desde la última vez que nos vimos. Prácticamente no sé por donde empezar, lo que sí tengo claro es que el otoño ha llegado de verdad a Asturias y a mi vida, por descontado.
Ciertamente, cuando comienza esta estación del año, empiezo a mirar hacia atrás con nostalgia. El verano se ha terminado y con él pongo ya miras hacia el nuevo año que llega. Mis 25 han sido totalmente inolvidables, superaron altamente todas mis expectativas y aún tengo claro que merecen una gran despedida como se merecen. Este año he viajado más de lo que me pude imaginar nunca, me afiancé en mi trabajo y crecí como persona en todos los sentidos. Tengo una sensación sobre cogedora, entre miedo y ganas. Supongo que así son los cambios, los nuevos comienzos me encogen el corazón, pero también me hacen ser más valiente y creer que puedo conseguirlo.
No hay remedios infalibles ni recetas secretas, simplemente ser pacientes y caminar con paso firme y decidido. El éxito está a la vuelta de la esquina, eso lo sé y tengo claro que con cada uno de mis pasos, me aproximo más a esa boca calle que me va a hacer olvidarme de quién fui en algún tiempo atrás.
El cambio, es la única constante en mi vida y como tal, me toca atreverme a lanzarme fuera de mi zona de confort. En términos de moda, los lunares y los vestidos largos, nunca fueron combinaciones favoritas en mi vestidor. Sin embargo, he encontrado el equilibrio en esta prenda de Noracora, entre elegancia y originalidad. En un primer momento, tenía en mente lanzarme con complementos rojos, no obstante, sería volver a apostar por el valor seguro. Un marrón (y no sólo personal) a veces, es la mejor combinación para empezar a valorar la vida.
Fotografía Adrián Gamonal.
Y tú ¿Cómo has comenzado el otoño? ¿Qué me dices del outfit de hoy?
¡Sé muy muy feliz!
Raquel.